Mi TOP 3 curiosidades de los inicios de la filosofía

El Ágora


Mapa del Ágora griega
Aquello que se menciona como plaza... pero ¡algo más tendrá que haber!


El Ágora griega era el centro de la vida social, política y comercial de la ciudad.

En este amplio recinto tenían lugar acontecimientos de toda índole: debates políticos, elecciones, celebraciones religiosas, actividades mercantiles, actuaciones teatrales, competiciones atléticas, etc.

De ahí que, por ejemplo, fuera el lugar escogido por Sócrates para filosofar o por el apóstol Pablo para predicar sobre el Cristianismo.

El TETRAKTÝS


El tetraktýs es la suma de los cuatro primeros números, lo representaban como un triángulo equilátero con cuatro unidades por lado y sobre su figura pronunciaban sus juramentos los pitagóricos.

De entre todos los números destaca la unidad: todas las cosas participan de ella pues son unidades o están compuestas de unidades; además está por encima de la distinción “par-impar”, es en cierto modo “parimpar” pues hace que un número se convierta en par (cuando la añadimos a un impar) o en impar (cuando la añadimos a un par).

Mezclando consideraciones matemáticas, científicas y religiosas Filolao e Hiqueto pusieron las bases de la astronomía pitagórica (astronomía que el propio Copérnico citará como antecedente de su sistema heliocéntrico): en el centro del Universo hay un fuego cuya fuerza imprime movimiento a los objetos celestes.

Alrededor de él giran, en orden sucesivo, un primer planeta llamado Anti-Tierra (invisible), luego la Tierra, y, por último la Luna, el Sol, los cinco planetas conocidos (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) y las estrellas fijas.

Los adeptos al pitagorismo mantenían el celibato, la comunidad de bienes, se sometían a reglas estrictas, prohibiciones y reglas ascéticas de purificación del cuerpo y del alma. Defendieron el carácter divino e inmortal del alma humana y la idea de la necesidad de sucesivas reencarnaciones para que el alma individual se una finalmente con el alma universal o divina. Estos rasgos hacen del pitagorismo una secta religiosa más que una escuela filosófica.

En cuanto a la crisis del pitagorismo, una leyenda asegura que se debió al descubrimiento de los números irracionales o inconmensurables (p. ej. de la inconmensurabilidad entre diagonal y lado del cuadrado). Este secreto se ocultó durante mucho tiempo y provocó la crisis de la escuela tras ser revelado por Hipaso de Metaponte.

Otra interpretación, seguramente más correcta, asegura que el final del pitagorismo antiguo se debió más bien a razones políticas: los pitagóricos defendieron el partido aristocrático y ejercieron el poder en distintas ciudades de la Magna Grecia, pero tras la revolución democrática del año 450 a. C. muchos de sus miembros murieron y otros huyeron a Grecia.

26 siglos con la tortuga a la fuga...


Resultado de imagen de zenón de elea y la tortuga
Zenón de Elea, discípulo de Parménides, es recordado sobre todo por sus paradojas que tratan de demostrar que el movimiento no existe, y especialmente por la paradoja de Aquiles y la tortuga, que afirma que sería imposible que Aquiles alcanzara a la tortuga en una carrera, siempre que le haya dado cierta ventaja de partida.


  • Sabemos que Aquiles corre más deprisa que la tortuga (si no, no podría alcanzarla y la paradoja no tendría sentido).
  • Si le da ventaja, en el momento en que Aquiles empiece a correr, la tortuga estará ya a cierta distancia, en el punto A. 
  • Cuando Aquiles llegue al punto A, la tortuga habrá avanzado hasta el punto B. Cuando Aquiles llegue a B, la tortuga estará ya en C. 
  • Y así sucesivamente, hasta el infinito. Aquiles tardará en alcanzar a la tortuga la suma de los tiempos que necesite para alcanzar los puntos A, B, C…
  • El tiempo total será, por lo tanto, la suma de una serie infinita de números. 


El problema es que Zenón piensa que la suma de una serie infinita de números tiene que ser infinita, por lo que Aquiles jamás conseguirá alcanzar a la tortuga (esta es la conclusión de su razonamiento).

Esto, sin embargo, no es cierto: existen numerosas series infinitas cuya suma es finita. 

Una de ellas es, precisamente, la que calcula el tiempo que Aquiles tardaría en alcanzar a la tortuga, según el razonamiento de Zenón. 

Supongamos, por ejemplo, que Aquiles corre al doble de velocidad que la tortuga, y usemos como unidad de tiempo el que Aquiles necesita para alcanzar el punto A. 

Entonces la serie de tiempos del razonamiento de Zenón vale 1, 1/2, 1/4, 1/8, 1/16… cuya suma es 2. 

O sea, Aquiles alcanza a la tortuga en el doble de tiempo del que necesita para alcanzar el punto donde estaba la tortuga cuando él empezó a correr.

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